SER O NO SER CAMINO DE SANTIAGO. NO TODO VALE

En 1985, el Consejo de Europa se puso en contacto con el primer núcleo (*) de investigadores jacobeos organizados (Robert Plötz, Manuel Díaz y Díaz, Kurt Köster, René de la Coste-Messelière y Paolo Caucci von Saucken, entre otros), para recopilar información y criterios que permitiesen recuperar y definir los caminos de peregrinación, concretamente los Caminos de Santiago, con el fin de precisar el que sería el 1º Itinerario Cultural Europeo.

Los trabajos pasaban por generar criterios científicos útiles que conjugasen la realidad histórica y la necesidad de una aplicación sostenible y posible en la actualidad. 

Tras dos años de intensos estudios y reuniones, se establecieron los criterios que sirvieron como base para la “Declaration de Saint-Jacques de 1987” y que hoy deberían cumplir cualquier camino que desee proclamarse peregrino y, en su caso, de Santiago.

Según los estudios realizados por el grupo de investigadores estos son:

     1.- Meta

Un camino de peregrinación debe tener una meta. Y esa meta, con frecuencia, da nombre al propio camino.

Esto significa, entre otras cosas, que para que un Camino de Santiago se denomine como tal debe ir a Compostela. Una obviedad nada baladí teniendo en cuenta que hoy en día se pretenden promover “caminos de Santiago” que no van a Santiago.

2.- Cartografía histórica y, por tanto, trazado histórico.

Ha de existir cartografía y mapas históricos de diversos períodos que identifiquen el camino.

3.- Infraestructura Hospitalaria

Debe estar dotado de una importante y continuada estructura hospitalaria – tanto en el tiempo como en el recorrido – dedicada expresa o principalmente a peregrinos. Es decir, además de responder a cuestiones históricas, también hoy debe estar dotado con infraestructura dedicada al peregrino y sus necesidades a lo largo del trazado.

4.- Restos arqueológicos

Para ser camino peregrino contará con vestigios relacionados con la peregrinación que muestren su vinculación al mismo. Restos de caminos antiguos, puentes, capillas, fuentes, tumbas de peregrinos, etc.

5.- Símbolos o signos específicos

Debe tener, a su vez, símbolos peregrinos como: conchas, bordones, cruces o bajorrelieves con temáticas de peregrinaje. En diferentes lugares o soportes como, por ejemplo, fachadas de edificios al lado de los cuales pasa un camino.

6.- Cultos y lugares relacionados con la peregrinación

Es necesaria la existencia de iglesias y capillas dedicadas a Santiago, San Cristóbal, San Nicolás u otros santos protectores de los peregrinos o ciclos pictóricos con temática e iconografía jacobea. 

7.- Toponimia y Odonímia

Contará con una terminología referenciada al camino y la peregrinación.

Topónimos o nombres como Hospital, Hospitalets, Spedalicchio, de santos protectores de los caminantes, etc.

Odónimos como nombres de vías, rutas o itinerarios, como Iter sancti Jacobi, Camino de Santiago, camino francés, via francígena, camino real, etc.

8.- Tradiciones locales

Es imprescindible la existencia de leyendas de santos peregrinos, milagros que se les atribuyen, cuevas, árboles, temáticas o tradiciones populares relacionadas con la peregrinación. 

9.- Documentación de archivo

Indispensable también, que cuente con documentación antigua como: contratos, donaciones, documentación de cofradías, iglesias o monasterios que definen confines o propiedades, por ejemplo, referencias como: junto al Camino de Santiago”. Testamentos con alusiones a la peregrinación. Estatutos o documentos de Ayuntamientos que legislan u organizan el paso de los peregrinos, privilegios…

Cualquier otra fuente indirecta que hable de peregrinos o de peregrinación, como privilegios, franquicias o exenciones que cuenten con referencias a peregrinos.

10.- Literatura odepórica

El género literario y documental formado por los diarios, las relaciones de viaje, los relatos y las guías que los mismos peregrinos redactaban durante su viaje y que constituyen el testimonio más vivo y directo de su peregrinación.

Su estudio permite tener una visión significativa de la peregrinación, especialmente por lo que se refiere a la identificación de los itinerarios y a la continuidad de la práctica de la peregrinación a Santiago a lo largo de los siglos.

Es, el conjunto de estos criterios, el que debería servir hoy para identificar, enumerar y, en su caso, oficializar un camino de o a Santiago. Su cumplimiento, una normativa básica para cuantos caminos pretenden promocionarse como de peregrinación. No podemos olvidar que “si todo es camino, no hay Camino”.

Finalmente, en palabras del profesor Paolo Caucci von Saucken, primer presidente del Comité de Expertos del Camino de Santiago, no debemos olvidar un aspecto fundamental y básico: 

“El camino actual, para ser vivo y real, necesita peregrinos. Son ellos quienes dan sentido y valor a un sendero abandonado, a un camino que se ha asfaltado o se ha perdido bajo una autopista o una moderna urbanización. La presencia y el uso por parte de peregrinos, es una necesidad y un valor añadido imprescindible para las vías de peregrinación. 

No existe un camino de peregrinación sin peregrinos. Esto es algo que es absolutamente necesario recordar, porque un itinerario que es simplemente cultural -por ejemplo: del vino, los castillos, el románico, el barroco, los sabores, los perfumes, las juderías o los paradores-, tiene un significado y necesidades completamente diferentes. En nuestros caminos hay que considerar la presencia constante, atenta, activa, crítica, apasionada y constructiva del peregrino. Porque es él quien le da el valor que tiene en nuestra época.”

Tal vez, a la vista de lo ocurrido 40 años después, sería bueno preguntarse si se ha hecho bien; si, incluso, no convendría revisar con estos criterios muchos de los caminos existentes; si, en definitiva, queremos seguir apostando por que todo sea camino y, por tanto, ninguno lo sea.

Es verdad que hay tantos “caminos a Santiago” como peregrinos han existido, existen y existirán. También, que todo camino peregrino tiene derecho a reivindicarse, y debe hacerlo, como tal si cumple los criterios anteriores. Ahora bien, no es menos cierto, e importante, que Caminos de Santiago ni lo son, ni lo pueden ser, todos los que se nos ocurran.

(*) de este grupo de personas surgiría, más tarde, el denominado COMITÉ DE EXPERTOS DEL CAMINO DE SANTIAGO (enero de 1994) entidad asesora del Gobierno de Galicia en temas Jacobeos.

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